La lectura de los afectos: imaginación y  empatía como prácticas de autodescubrimiento en el lector escolar

55 Identificación y empatía «Según él, lo que me había ocurrido era que, desde niño, a punta de regalarme libros para ni- ños, me habían interrumpido constantemente mi propia creación literaria de la vida». «Cómo y por qué odié los cuentos para niños», Alfredo Bryce Echenique Keith Oatley, un psicólogo cognitivo que viene estu- diando desde hace varios años las relaciones entre la literatura y las habilidades de la Teoría de la Mente (TdM), sostiene que las ficciones son, en buena cuen- ta, simuladores de realidad. Al igual que los pilotos de avión que pasan varias horas delante de un simulador de vuelo, los lectores —de acuerdo con Oatley— nos ejercitamos al vivir las vidas paralelas que nos propor- cionan los relatos literarios. Esta práctica de horas de existencia alternativa nos prepara, podría decirse, para enfrentar las experiencias de la «realidad» con una ma- yor destreza (Oatley, 2011). En esto concuerda, desde un enfoque científico, la explicación filosófica desarro- llada por Peter Mendelsund, quien afirmaba que, al quedar «inmersos» en la lectura, los lectores suspende- mos temporalmente las funciones de nuestra «mente

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