La lectura de los afectos: imaginación y  empatía como prácticas de autodescubrimiento en el lector escolar

44 Ahora bien, indudablemente, el efecto contrario también es posible y, por lo tanto, vale la pena avanzar con cierta cautela al momento de elegir materiales con este tipo de características, textos que nos ayudan a tra- bajar no a partir de «paseos inferenciales» orientados a la corroboración de la información sino al proceso de ex- trañamiento. En ese sentido, ciertos relatos fantásticos de Julio Cortázar —piénsese en «Carta a una señorita en París» o «La noche boca arriba»—, por citar un ejem- plo, pueden llegar a resultar confusos para los estudian- tes que no poseen un adiestramiento adecuado ni una orientación graduada de su práctica interpretativa. Por experiencia, todos sabemos que un alumno que llega a la escuela con hábitos avanzados de lectura no solo lee más rápido y comprende mejor y más ampliamente el texto, sino que se muestra más competente al momento de adaptarse a nuevas exigencias formales tanto a nivel este, acciones que le dan sentido a la moraleja: «Y digo lobo, mas no son iguales todos los lobos malditos: los hay bellos y corteses que, sin hiel y sin ruido, mansos y muy complacien- tes, siguen a los tiernos niños por las rutas y las calles, y hasta las casas llegan, atrevidos. ¡Ay! ¿Quién no sabe que los mansos lobos son los peores de todos?» (Perrault, 2019, p. 83). Robert Darnton ofrece una contextualización muy interesante sobre la crudeza de los cuentos populares y las lecturas morales que, como en este caso, advertían sobre los peligros de vivir en la Francia rural del siglo XVIII (Darnton, 2018).

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx