La lectura de los afectos: imaginación y  empatía como prácticas de autodescubrimiento en el lector escolar

37 que a dicho relato lo acompaña siempre una morale- ja. Ese conocimiento le facilita «modelos posibles para la macroestructura [del texto]», puesto que el lector va «aprendiendo a comprender» a medida que integra los conocimientos que ya poseía a los recién asimilados (2017, pp. 41-42). De modo similar, Umberto Eco ha denominado «paseos inferenciales» a esa misma interac- ción gracias a la cual los lectores se «desplazan» por la trama de todo relato o de toda novela, anticipándose continuamente a los eventos que se desarrollan en ella (1996, p. 60). Son estos «paseos inferenciales» los que otorgan al lector la autonomía para prever el desarro- llo de la historia a partir de un rápido cotejo entre lo que lógicamente permite vaticinar el texto y lo que, por otra parte, uno puede aportar desde la experiencia vi- vida u otras lecturas semejantes. En el recorrido hacia la comprensión textual, los estudiantes construyen, de este modo, hipótesis sobre el devenir del protagonista, lo que activa, a su vez, sus emociones a partir de la co- rroboración de sus expectativas, de su desencanto o de su satisfacción ante los desenlaces de la trayectoria ar- gumental. El llamado «modelo mental» —el esquema que se estimula durante la lectura— comprendería, así, tanto lo que se sabe como aquello que se aprende a tra- vés de la activación de bosquejos previos, haciendo así posible el «ineliminable» aspecto pasional de la lectura,

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