La lectura de los afectos: imaginación y  empatía como prácticas de autodescubrimiento en el lector escolar

36 nuestros cursos de lecto-escritura pues, al trabajar con textos literarios, no debemos limitarnos a transmitir el conocimiento a estudiantes considerados como sujetos pasivos. Antes bien, debemos identificar sus intereses, sus problemas, sus expectativas y la experiencia vital con que cada alumno llega a esta nueva comunidad que es el aula para negociar su propio saber y ponerlo en relación con aquello que aprehende en contacto con los nuevos estímulos y en diálogo con sus demás compañeros. Al igual que en el proceso de alfabetización, debemos con- siderar que la apropiación del texto ocurre en una di- mensión profunda muy semejante, de manera crítica, respetando el «saber hecho de experiencia con que el educando llega a la escuela» (Freire, 2015, p. 86). En ese mismo orden, el de la esfera de la represen- tación de la vida humana, la ficción le otorga al lec- tor la posibilidad de comparar los hechos de la historia leída con los de su propia experiencia. Esto permite, como sostiene Jamet, a un nivel inicial, que el sujeto descifrador realice constantes previsiones con el obje- tivo de completar lagunas semánticas o argumentales a través de las llamadas «tramas narrativas». Activadas en su memoria a largo plazo, dichas tramas son las que suministran al lector «una suerte de estructura» que lo ayuda a comprender el texto (Jamet, 2017, p. 41). Si un niño ha leído, por ejemplo, una fábula, sabrá al finalizar

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