La lectura de los afectos: imaginación y empatía como prácticas de autodescubrimiento en el lector escolar
35 a una mayor velocidad (Jamet, 2017). A esta reunión de sentido la conocemos como leer. Esta misma lógica interviene durante la tarea de com- prensión de los textos a un nivel más avanzado, cuando los sujetos procesamos la lectura a partir de la misma operación basada en inferencias y relaciones. Esos re- pertorios léxicos se amplían y se enriquecen con nuestra acumulación de experiencias, de forma que las historias que leemos siempre son cotejadas con los eventos que nosotros mismos, no como lectores, sino como protago- nistas de nuestra vida, también somos capaces de incor- porar al proceso de decodificación. Algo que debemos recordar es que los lectores, incluso aquellos que no han desarrollado un hábito regular en torno a la lectura, no se acercan al texto jamás como una tabula rasa. Como observa Paulo Freire, la lectura es también opinión, de- bate, conversación orientada a la recepción crítica del contenido (2015). Por eso mismo, Piaget notaba que, en el proceso de adquisición de conocimiento, es nece- sario que en el niño se active previamente un mecanis- mo de «asimilación» de la información proporcionada por el adulto, algo que también ocurre transformando dicha información en función de esquemas previos que el niño ya posee (Ferreiro, 2014). Considerar la evo- lución de este complejo proceso cognitivo debe aler- tarnos sobre las actividades que implementaremos en
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