años después, en 2014, dicho porcentaje se incrementó al 25,8%. De esta manera, Tacna se ubica como el segundo punto de ingreso más utilizados por los turistas después del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en el Callao. Finalmente, como último tipo de movilidad humana transfronteriza entre el sur del Perú y el norte de Chile, se encuentran las personas que migraron en un principio por motivos laborales y han logrado establecerse en Arica, Iquique, Tarapacá o Antofagasta. Sin duda este tipo de movilidad corresponde más a las migraciones que ya desarrollamos anteriormente. Sin embargo, cabe señalar que estas migraciones hacia el norte de Chile tienen características distintas a las de Santiago, pues existe en esta zona mayor porcentaje de migrantes peruanos pertenecientes a pueblos originarios o indígenas, así como también hay que tomar en cuenta los procesos históricos que enmarcan las relaciones entre el sur peruano y el norte chileno (Lube & Garcés, 2012, 2014). En estas distintas dinámicas de movilidad humana no solo resaltamos los efectos de la movilidad transfronteriza por motivos laborales desde Tacna hacia Arica y demás ciudades del norte de Chile —acceso a mejores salarios y condiciones de vida—, sino también el turismo proveniente de la zona norte de Chile hacia Tacna y zona sur del Perú. Esta actividad económica establece relaciones entre ambos países de una manera muy particular, ya que dicha actividad no solo involucra el mero intercambio económico, sino también una oportunidad de intercambio cultural que permita cierto conocimiento sobre el «otro». CAMBIOS EN LAS PERCEPCIONES DEL OTRO En las últimas décadas la persistencia de la desconfianza —aunque decreciente— y el aumento lento pero sostenido de la confianza son las características más relevantes de la opinión pública peruana respecto a Chile. Sin embargo, los cambios, lentos pero medibles en el largo plazo, han permitido ampliar las posibilidades de interacción y, por tanto, el tipo de relación que pueden establecer las personas de ambos países. Y es que la heterogeneidad de relaciones permite ir más allá de las categorías dicotómicas amigo-enemigo, posibilitando en las encuestas preguntar por categorías como amigos, socios, rivales, o amenaza. Categorías que, además, presentan una suerte de gradación. «Amigos» y «socios» son categorías que suponen la existencia de cierta confianza para poder establecerse, aunque entre ellas hay matices significativos. 46
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