Otros hechos son las reiteradas acusaciones de espionaje de Chile por parte de varios gobiernos peruanos. En 1978, durante el gobierno militar del general EP Francisco Morales Bermúdez, que dio lugar al juicio militar y fusilamiento por traición a la patria del ex suboficial de Tercera FAP (r) Julio Alfonso Vargas Garayar. Décadas después, en noviembre de 2009, nuevamente el Perú acusa a Chile de espionaje. Esta vez el detenido es el suboficial de la FAP Víctor Ariza Mendoza, acusado de vender información militar. El incidente produce un fuerte intercambio de declaraciones entre los entonces presidentes García y Bachelet. Un año después, el 6 de diciembre de 2010, Ariza es condenado a 25 años de prisión por traición a la patria. Finalmente, en febrero de 2015, tres suboficiales de la Marina del Perú —Alfredo Domínguez Raffo, Jhonny Pilco y Gonzales Alejo— son detenidos y enviados a prisión militar acusados de espionaje en favor de Chile. Las relaciones diplomáticas vuelven a tensionarse en los siguientes meses. El Perú envía una nota de protesta al gobierno chileno, el 20 de febrero de 2015, en la cual pide investigar a oficiales de sus fuerzas armadas, identificados en las investigaciones e interrogatorios. Chile responde a la nota de protesta el 3 de marzo, la cual, al no satisfacer al gobierno peruano, produce que este retire su embajador. Por su parte, Chile mantuvo a su embajador en Santiago, mientras la presidenta Bachelet hacía declaraciones sobre «superar el pasado» y su canciller sobre la no responsabilidad del gobierno chileno. Tras una segunda nota de protesta por parte del Perú, la respectiva respuesta chilena —cuyo tenor aún no se conoce— y reuniones entre los cancilleres, las relaciones se normalizaron recién a inicios de mayo de 2015. Si bien el cuadro 1 muestra la persistencia de la desconfianza hacia Chile, es necesario profundizar en el análisis buscando precisar qué grupo social concentra el mayor porcentaje de este sentimiento. Con este objetivo se ha elaborado el cuadro 2, que muestra el nivel de confianza con Chile por grupos de edad y nivel educativo en la segunda mitad de la década de 1990, que son los años donde se muestra un mayor desacuerdo. Para la elaboración de este cuadro se han utilizado tres encuestas del Latinobarómetro de los años de 1995, 1996 y 1997, y los datos son presentados con el promedio general de las respuestas que, a decir verdad, son muy similares y con pocas diferencias. El cuadro 2 muestra la existencia en esos años de un fuerte núcleo de desconfianza en todos los grupos de edad y nivel educativo, aunque con un 39
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