de hogares (efecto crecimiento) y por modificación en la distribución de ingresos— como si fueran resultados perfectamente separables entre el rol del Estado y de los mercados. Entre 1990 y 2000, en el periodo de alta expansión de la economía, en Chile la pobreza se redujo en más de 90% por efecto del crecimiento (y en algo más de 8% por cambios en la distribución de ingresos). Cuando el ciclo económico fue menos favorable (de 2000 a 2006), el efecto redistribución dio cuenta de casi el 80% de la reducción de la pobreza. Parte del crecimiento podría radicar en políticas públicas (estabilidad macroeconómica, inversión en infraestructura, capital humano en salud y educación, entre otras) y las dinámicas del mercado son potencialmente influyentes en la distribución de ingresos (Larrañaga & Rodríguez, 2014; Arellano, 2014). Un tercer punto es que el aumento del gasto público es otra condición necesaria (no suficiente) para mejorar indicadores económicos y sociales. Se requieren voluntad política y un esfuerzo sostenido para mejorar la calidad de la asignación de recursos e interpretar oportunamente las causas del malestar ciudadano. El uso de información sistemática sobre los indicadores de desempeño y sus factores explicativos, sobre la percepción de la población, así como el mejor funcionamiento de los mecanismos de representación política, contribuyen en esta dirección. También, diseñar políticas con un componente de mejoramiento continuo de los arreglos institucionales e incentivos de comportamiento de los servidores públicos. Esto último es más relevante cuando sectores fundamentales, como salud y educación, presentan fallas de mercado y asimetrías de información que implican que los recursos adicionales no se traducen automáticamente en mejor desempeño por falta de eficiencia (Hanushek & Woessman, 2015; Chernew & May, 2011). Asimismo, el Perú y Chile recorrerán caminos propios y distintos hacia el desarrollo, pero el tamaño y calidad del Estado importan. Contar con mayores capacidades institucionales permite sostener el buen funcionamiento de la economía y los bienes fundamentales que los mercados proveen de manera insuficiente (Besley & Persson, 2014). La parte final de esta sección explora las hipótesis en debate en Chile sobre la paradoja de la combinación de un éxito indiscutible en América Latina en indicadores de bienestar (ingreso por habitante, reducción de la pobreza, logros en salud, educación, desarrollo humano, calidad de las instituciones) con una irrupción de temas críticos en la agenda pública como el descontento social y la desigualdad. Dichas hipótesis no son 152
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