La frontera disputada

organismos no gubernamentales en la formulación o gestión de los proyectos. Dos elementos particularmente desafiantes y transversales en estas estrategias fueron la diversidad de situaciones de pobreza y exclusión que los programas abordaron y las dificultades en la construcción de instancias intersectoriales de coordinación (Raczynski, 1998; Larrañaga, 2010; Raczynski & Serrano, 2005; Bianchi, 1995). No es trivial evaluar esta diversidad de programas de asistencia social. Diversos estudios muestran, en general, satisfacción de beneficiarios por el mejoramiento de sus condiciones de vida, pero a la vez, los problemas de coordinación y de resolución de fallas de organización o duplicidades en el espacio local123 (Raczynski, 1998). Un caso emblemático es el del programa Chile Barrio, que adquirió carácter intersectorial, construyendo viviendas a las familias calificadas como sin techo, además de darles servicios de capacitación laboral y social (Larrañaga, 2010; Raczynski & Serrano, 2005). La evaluación de impacto rigurosa del programa evidenció las mejoras en las condiciones del hogar, pero también la dificultad de encontrar resultados en aspectos tan complejos como la habilitación social (DIPRES, 2007). La experiencia de la primera etapa, los avances en la articulación de la oferta de servicios brindados por el sector público y el objetivo posterior al año 2000 de abordar de manera más universal y comprehensiva los problemas sociales de sectores pobres y vulnerables crearon las condiciones para impulsar estrategias integrales contra la pobreza extrema como Chile Solidario, un intento de afrontar masivamente la vulnerabilidad de los trabajadores (seguro de desempleo), el establecimiento de pensiones solidarias universales y de una iniciativa masiva de apoyo a la niñez temprana (Chile crece contigo). Un elemento común en todas consiste en que, para la población elegible, los derechos son garantizados y que el foco trasciende la pobreza para ampliar la protección social hacia la población vulnerable en condiciones de inseguridad económica (Larrañaga, 2010). La ejecución de Chile Solidario benefició a más de 550 000 familias entre 2002 y 2012, y funcionó desde la intervención personalizada y directa de un profesional o técnico para establecer contactos con familias y facilitarles apoyo psicosocial, la elaboración en el hogar de un diagnóstico y plan de activación de las capacidades necesarias para superar la pobreza; el acceso a servicios sociales en las dimensiones de vivienda, salud, educación, empleo e ingresos, dinámica familiar e identificación, 148

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