La frontera disputada

Chile que habían desembocado en el abrazo de Charaña. Por ello, el Perú no debería temer, ya que los acuerdos eran fruto de una iniciativa que originalmente el mismo Velasco había impulsado. Según el parecer del mandatario boliviano, gracias a la gestión iniciada por Velasco, Bolivia le había pedido a Chile un corredor con soberanía y salida al mar, dejando en sus manos la ubicación exacta de dicho espacio. En el momento de la conversación con Richter, aún estaban esperando la oferta concreta y la pelota en ese entonces estaba en cancha de Chile. Por último, Banzer le había manifestado que aún no había acuerdo definitivo y que antes de ello avisaría al Perú los términos concretos, para que quedara claro que no había nada oculto, sino que se trataba de la realización de la centenaria aspiración altiplánica de retornar al Pacífico104. La segunda misión diplomática a Bolivia fue de mayor envergadura y consistió en una delegación encabezada por el general Morales Bermúdez e integrada por los jefes de Estado Mayor de la Marina y la Fuerza Aérea, así como el director de la Guardia Civil, todos ellos involucrados en el golpe contra Velasco que se produjo apenas 23 días después de la ceremonia en La Paz. Así, el viaje a Bolivia pudo haber sido la ocasión para hablar claro y sin los impedimentos propios del servicio en Lima105. Las conversaciones esenciales de Morales en Bolivia fueron con los representantes del Ejército de Chile. Se trató de los generales Sergio Arellano y Odlanier Mena, respectivamente jefe de Estado Mayor de la Fuerza Armada y segundo jefe del Ejército. Ambos luego muy cuestionados en el mismo Chile por delitos contra los derechos humanos. En esa oportunidad, los militares chilenos reconocieron que habían estado muy preocupados por la posibilidad de un ataque peruano y que habían tomado sus precauciones. De este modo, a lo largo del periodo, ambos ejércitos habrían desconfiado del otro y cada cual habría elaborado hipótesis de conflicto106. Pero el momento del sinceramiento había llegado antes del golpe contra Velasco. Más adelante, ambos militares chilenos habrían puesto sus carreras como garantía de que Chile no iniciaría un ataque, que no lo tenía en mente ni lo pensaba ejecutar. Establecido aquello, pasan a diseñar una fórmula común para disminuir las tensiones. Esa fórmula consistió en reunir en Lima misiones militares de los tres países para acordar medidas de distensión. Es preciso destacar que el Perú propuso que la reunión se realizara entre los tres países, mientras que Chile inicialmente pedía una bilateral con el Perú, aunque finalmente se allanó a la reunión tripartita107. 121

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