La frontera disputada

información de inteligencia y también de Cancillería referente a que el seis de agosto, aniversario de la independencia de Bolivia, Chile le cedería el ferrocarril de Arica a La Paz. Velasco se muestra preocupado y ordena al general Morales Bermúdez, entonces primer ministro y ministro de Guerra, que forme una delegación de alto nivel para estar presente ese día. Ya para aquel entonces, Mercado había pasado al retiro. A continuación, Vargas Prieto es invitado por Velasco para exponer su parecer ante el Consejo de Ministros. Su argumento condensa las sospechas corrientes en aquellos días. Chile le cedería un corredor a Bolivia y si el Perú no aceptaba, entonces se produciría el casus belli. El discurso de Vargas Prieto incluye otras posibilidades para el 6 de agosto, todas ellas pacíficas y que no comportaban ningún riesgo. Sin embargo, se centra en la opción peligrosa y pide que se elaboren alternativas para solicitar una reunión del Consejo de Defensa Nacional para ver este grave problema, añadiendo que quedan apenas veinte días para evitar un conflicto102. Esta intervención del general Vargas Prieto parece algo exagerada. Su tono llama poderosamente la atención, porque parecía sobredimensionar las cosas. Con ello quedaban dudas sobre lo informado que estaba el general Vargas Prieto. Estas dudas se acrecentaron porque, como se sabe, poco antes de morir y estando en el retiro, el general Velasco en una entrevista dada a César Hildebrandt, atribuyó todo este asunto a una conspiración para derrocarlo; incluso llegó a señalar un entendimiento por debajo de la mesa entre Morales Bermúdez y Vargas Prieto103. Sin sospechar que una maniobra de este tipo pudiera estar en marcha, los ministros de Velasco jugaron la carta diplomática respecto a Chile y Bolivia. Esta iniciativa se tradujo en dos misiones específicas, que no quedaron a cargo de la Cancillería, sino de delegaciones militares nombradas por los ministros. La primera fue oficiosa y se encargó al general Pedro Richter, entonces ministro del Interior y amigo personal del presidente Hugo Banzer. En esa calidad fue enviado para obtener información de primera mano, que resultó bastante tranquilizadora. Richter fue recibido inmediatamente por el presidente boliviano y conversó sobre los temas críticos. Según transmitió el ministro del Interior al resto del Consejo, Banzer había enmarcado las conversaciones actuales con Chile en el cuadro abierto por la declaración de Ayacucho, que se había firmado en el Perú a instancias del general Velasco. Posteriormente se habían desarrollado negociaciones en forma bilateral entre Bolivia y 120

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