estar en crisis? ¿Contra quién están apuntando esas armas que compran con tanta urgencia?87. Ese estado de ánimo se reforzó a través de la interpretación que el general Mercado ofreció en el Consejo de las razones del golpe de Pinochet. Como vimos, para aquel entonces Mercado era ministro de Guerra y primer ministro, posición que sumada a su anterior gestión como canciller le permitía pontificar ante los ministros. Incluso Velasco escuchaba callado. Según su parecer, los militares chilenos también tenían presente el centenario de la Guerra del Pacífico. Como en sus declaraciones los golpistas chilenos hablaban de seguridad externa, Mercado infería que buscaban estar en buen pie en 1979, que ya estaba bastante cerca. Así, el fantasma del centenario de la Guerra del Pacífico tuvo bastante vigencia durante la primera fase88. En el Consejo de Ministros de Velasco se procesó una ambigüedad. Algunas noticias que venían del Chile de Pinochet generaban tensión y alarma, mientras que otras, por el contrario, sembraban tranquilidad y apaciguaban. Las informaciones eran seguidas por interpretaciones en ambos sentidos y el resultado fue un movimiento de avance y retroceso, pero no estático, sino en forma de tirabuzón, que progresivamente fue cavando un hoyo. Por ejemplo, el presidente Velasco expresa abiertamente sus temores respecto a una nueva guerra con Chile, pues plantea una alerta contra la posibilidad de que ciudadanos mapochinos trabajen en el Estado peruano89. Ya hemos visto que Velasco estaba seguro de que los chilenos en el Perú constituían una quinta columna y ordena reforzar los controles. Este agudizado temor da pie para una verdadera cacería y sesión tras sesión los ministros se informan mutuamente de dependencias donde estaría trabajando algún ciudadano chileno. El clima del Consejo de Ministros está absolutamente alejado de la solidaridad con el personal allendista que se hallaba perseguido y obligado a salir de Chile. En el Perú, el gobierno no les daba la bienvenida. Al contrario, le temía90. En marzo de 1974 se encendieron las alarmas a propósito de una reunión realizada en Brasil. Nuevamente la correlación política y militar en Sudamérica fue fuente de intranquilidad en el gobierno peruano. Se trató de una reunión convocada por Brasil a propósito de la toma del poder por el presidente Ernesto Geisel, a la que asistieron los presidentes de Uruguay, Chile y Bolivia, quienes junto al anfitrión eran interpretados por el gobierno peruano como derechistas, enemigos del curso de la revolución 113
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