La frontera disputada

Esta orientación era confirmada por la buena impresión que dejó en una delegación peruana excepcionalmente numerosa la realización de extensas maniobras militares por parte del Ejército cubano. Eran tiempos de guerra para Cuba en el escenario africano y su Ejército evidenciaba un alto nivel de preparación militar. No se trataba solamente de poseer armamento de alta calidad tecnológica, sino de preparación y disposición para el combate coordinado a nivel militar. Esa eficiente preparación militar fue comprobada en el terreno por los delegados peruanos y reforzó su apreciación positiva del gobierno de Cuba. Como vemos, el gobierno de Velasco ya había comprado armas en la URSS y también había desarrollado una buena relación con Cuba en el terreno militar cuando ocurrió el golpe de Pinochet. Como vimos, también estaban en curso contradicciones Chile-Perú en el terreno de las 200 millas y, a ese respecto, Velasco había ordenado una primera alerta ante el país mapochino. La reacción inicial peruana ante el golpe de Pinochet fue cautelosa. Velasco mismo recomendó prudencia a sus ministros y la adopción de pasos bien meditados. Ese era el ánimo hasta comienzos de octubre 1973, cuando se produjo el primer encuentro entre representantes políticos de ambos gobiernos y se abrió claramente una tercera etapa de la relación bilateral. IDAS Y VUELTAS EN TORNO AL CONFLICTO El entonces canciller, el general Miguel Ángel de la Flor, informó al Consejo de Ministros el resultado de su entrevista con el representante de Chile, enviado en misión para explicar las intenciones de su novísimo gobierno militar. Este delegado de Chile transmitió el propósito de su gobierno de mantener relaciones bilaterales amistosas y se comprometió a apoyar al Perú en el Pacto Andino y en la OEA. De ese modo, los primeros signos iban en dirección a la distensión. Ese clima se reforzaba por las constantes intervenciones del ministro de Marina, almirante Vargas Caballero, quien fustigaba a todo enemigo peruano del proceso dirigido por el general Pinochet86. Sin embargo, la continuidad de la compra de armas por parte de Chile inclina los pareceres de los ministros de Velasco en dirección contraria. De la comprensión pasan a la hostilidad cuando se discute la compra de Chile por 50 millones de dólares en armamento a Francia. Nuevamente los ministros peruanos se preguntan, ¿con qué dinero compran armas si dicen 112

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