preocupación semejante se halla en el ministro de Marina, almirante Luis Vargas Caballero, quien no deja pasar ocasión para denunciar las actividades del ex embajador de Chile de la época de Allende, el doctor Jerez, quien después del golpe contra la UP había permanecido en el Perú y recibía en su casa a izquierdistas exiliados70. De ese modo, en el seno del gobierno de Velasco no hubo simpatía por el comunismo; por el contrario, algunos de sus integrantes eran abiertamente anticomunistas. Si el comunismo que acompañaba a Allende era un peligro para el gobierno peruano, esa sensación se ahondaba por la intensa crisis en Chile. El ascenso de Allende se vivió en medio de problemas de gran magnitud: fuga de capitales, asesinatos de altos oficiales de las Fuerzas Armadas, indecisiones políticas hasta la última hora. Esa precariedad fue mal recibida por el gobierno de Velasco. En principio, los militares peruanos preferían un gobierno estable en Chile y Frei reunía los requisitos. Pero con Allende todo parecía andar al borde del abismo y peor aún con intensa presencia de marxistas de toda Latinoamérica. Durante este segundo periodo, el Pacto Andino continuó su evolución. Los problemas se van centrando en el capital extranjero y su participación en los países socios. Este tema finalmente llevó al Chile de Pinochet a retirarse del PA y constituyó uno de los motivos cruciales de la tensión del año 1975. Pero en 1970, tanto el Perú como Chile compartían una postura común frente al capital extranjero71. En este momento, el país más liberal era Colombia y constituye el rival contra quien se dirigen tanto delegados peruanos como chilenos. Esta evidente distancia con Colombia busca ser compensada con un acercamiento a Brasil. Un viaje largamente preparado del canciller Mercado Jarrín a Brasil en año 1971 trajo resultados positivos. Por un momento, los militares peruanos sintieron que lograban reducir desconfianzas con el gigante sudamericano y lograban un camino común respetando diferencias. En los años siguientes volverían las contradicciones y llegarían al paroxismo en 1974-1975, pero cabe destacar que Mercado realizó un esfuerzo consciente por mejorar la relación bilateral y creyó haberla encauzado. Por otro lado, continúan los roces tradicionales y los desencuentros de diverso tipo con Chile. Por ejemplo, las actas dan cuenta del rechazo entre los ministros peruanos de las supuestas maniobras de Chile para vender harina de pescado y cobre por debajo de los precios habituales, ganando mercados extranjeros a costa del Perú. Igualmente se evidencia la 107
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