La frontera disputada

Arica, que quedaron cautivas de Chile, todo lo cual ensombreció la relación durante más de cuatro décadas, hasta ser resuelta legalmente por la partición en el Tratado de Lima de 1929. Desde entonces, el Perú y Chile mejoraron su relación bilateral, pero sin modificar las imágenes negativas del otro que se esparcieron en la población a través de la educación y el saber común. Después del Tratado de Lima y la reintegración de Tacna al Perú, los Estados de Chile y el Perú quedaron reconciliados y de hecho mejoraron las relaciones, pero sin superar los sentimientos negativos acumulados por la historia (Fermandois, 2011). La desconfianza histórica se concreta en la disposición de Velasco de no permitir extranjeros en la administración pública peruana, especialmente chilenos. El presidente mismo va a manifestar su opinión, sustentando que existe necesidad de trabajo y que el Estado debe ser terreno exclusivo de nacionales. Pero aparte de esta explicación, se halla la consideración del especial peligro de la presencia de ciudadanos chilenos en el Estado peruano66. A los militares del periodo les importaba mucho llegar en buenas condiciones al centenario de la Guerra del Pacífico. 1979 era visto como un año crucial y, de acuerdo a las actas, esa habría sido una de las motivaciones del golpe del 3 de octubre de 1968. La idea era recuperar el tiempo perdido y estar en forma para el centenario de la guerra, para lo que pudiera suceder. La competencia con Chile habría sido uno de los fuelles del gobierno Velasco (Zapata, 2011). En tanto ello, los ciudadanos chilenos podían formar una quinta columna y era necesario ser precavidos. Por ello, la primera fase fue clara sobre su política de reservar el Estado peruano para trabajo de funcionarios nacionales y ser especialmente atento en excluir a los ciudadanos chilenos. En la misma línea de elementos tradicionales de conflicto está el tema de Bolivia. Se trata de definir quién conduce la carga marítima boliviana y para ganar esa competencia, el Perú entiende que debe ofrecerle al país altiplánico mejores condiciones para sus operaciones de comercio exterior. Sin embargo, no obstante el favorable alineamiento internacional de esta primera etapa, el Perú careció de capacidad práctica para ganar esa competencia con Chile. En efecto, como era costumbre desde tiempo atrás, durante los años de Velasco, Chile continuó movilizando lo esencial del comercio boliviano, porque sus puertos y sistemas de transporte eran más modernos. 104

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