tercerista y dio impulso a una política que buscaba alejarse de Washington y Moscú. Consecuente con su apuesta para el frente interno, ni capitalista ni comunista, el régimen militar buscó proyectar ese tercerismo y halló su espacio en el marco del NOAL. Este foro era anterior al velasquismo y en realidad era liderado por países de mayor peso en la esfera internacional, como la India, Egipto y Yugoslavia. Pero el Perú se alzó como uno de sus nuevos conductores en los años setenta y le dio gran impulso en América Latina, donde compartió liderazgo con Chile que también era miembro de los NOAL hasta el gobierno de Pinochet. Por ello es preciso comprender la agenda específica entre Chile y Perú en este marco de iniciativas compartidas dentro del NOAL56. Siempre dentro de esta primera etapa de la relación peruano-chilena, bajo los gobiernos de Velasco y Frei Montalva, otro tema fue el Consejo del Cobre, conocido por sus siglas como CIPEC. Pocos años atrás en Lusaka, Zambia, se había constituido este organismo, cuyo propósito era coordinar políticas que permitieran elevar el precio de venta de dicho metal. Los países productores que fundaron la institución fueron Zambia, Congo, Chile y el Perú57. La segunda reunión de los cuatro países se llevó adelante en el Perú durante este primer periodo que estamos presentando. En ella, el gobierno Velasco planteó concebir al CIPEC como una entidad de coordinación entre Estados, que adoptara acuerdos solo por unanimidad. De este modo, aspiraba a mantener soberanía sobre un aspecto esencial para el país, como era la producción cuprífera. En este tema tampoco se registra mayor contradicción con Chile y por el contrario ambos son los animosos participantes latinoamericanos de este singular entendimiento con socios africanos58. En esa época, los países productores de materias primas, las naciones llamadas del Tercer Mundo, sostenían casi unánimemente que los países consumidores del Primer Mundo habían fijado, a través de mecanismos extraeconómicos, precios bajos para las materias primas. Se argumentaba que gracias a medidas de ese tipo, los países centrales del Primer Mundo habían llegado a industrializarse y habían relegado al subdesarrollo al Tercer Mundo. Animada por estas ideas, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) había elevado considerablemente el precio del oro negro, sentando un ejemplo que trató de ser seguido por los países cupríferos. En ello, Chile y Perú fueron juntos compartiendo una 101
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