La Biblioteca Imaginada - Jardín para sembrar comunidades

40 que significa «reunir») era el principal centro de activi- dades económicas, políticas, sociales y culturales en la antigüedad clásica; fue el centro de la comunidad —la plaza pública—. Mientras que algunos académicos ven a la biblioteca pública como un tercer lugar, Aabø y Au- dunson la conciben como una extensión de la casa, la escuela o el trabajo. Sostienen que para aquellos que se encuentran en situaciones difíciles o transitorias de la vida, la biblioteca puede convertirse en una alternativa al segundo lugar (trabajo o escuela), pues proporciona un espacio que actúa como lugar de trabajo. Incluso, dado el tipo de viviendas sociales que hoy se construyen, con poco espacio para la convivencia, muchas familias usan la biblioteca como una extensión del hogar («pri- mer lugar») para realizar las tareas escolares o, incluso, para desarrollar los vínculos familiares. Según cualquie- ra de estas perspectivas, la biblioteca pública es uno de los pocos espacios comunitarios que brindan una opor- tunidad para el encuentro y la reunión de la comunidad de manera abierta, inclusiva, gratuita y de calidad. Sea como sea, la biblioteca pública contemporánea es una parte activa de la comunidad y un agente de cambio que brinda, además, oportunidades de conexión para la economía local. Gracias a esta condición, puede apoyar el desarrollo de redes que conforman la infraestructura social de una comunidad.

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