La Biblioteca Imaginada - Jardín para sembrar comunidades

32 edificio de una biblioteca debiera reflejar la identidad y la memoria de la comunidad en la que se despliega, así como también su futuro. En la actualidad, en muchas ciudades del mundo se ha buscado arquitectos de alto perfil para intentar hacer de sus bibliotecas públicas un destino dentro de la ciu- dad, uno que atraiga a los turistas a estos espacios y que, al mismo tiempo, revitalice los vecindarios. Varias bi- bliotecas nuevas y algunas otras que han sido renovadas se han convertido en instituciones públicas clave en mu- chas ciudades del mundo como, por ejemplo, las biblio- tecas de Seattle y Chicago, en Estados Unidos; Virgilio Barco, en Bogotá, Colombia; Santiago, en Chile; José Vasconcelos, en México; Colonia y Berlín, en Alema- nia; Dokk 1, en Aarhus, Dinamarca; o la más reciente, Oodi, en Helsinki, Finlandia. Muchas de estas ciudades han buscado revivir algunos conceptos del siglo XIX y principios del XX en relación con la construcción de bibliotecas como edificios emblemáticos para sus ciuda- des, aunque ahora bajo conceptos muy diferentes a las de sus predecesoras. Los edificios de bibliotecas son flexibles y se adaptan a los desarrollos del sector público y privado, lo que per- mite la integración exitosa de los recursos y los servicios de la biblioteca con otros servicios comunitarios. El uso compartido no es una práctica nueva; en los inicios del

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