La Biblioteca Imaginada - Jardín para sembrar comunidades
28 de la vida que esa comunidad aspira a tener. Para ello es fundamental escuchar y evaluar de manera sistemática, así como documentar los resultados. Escuchar demues- tra compromiso con las personas y su comunidad, y requiere flexibilidad para crear una programación o di- señar los espacios en función de esa retroalimentación. Los espacios de todo tipo de bibliotecas han experi- mentado un cambio ya que se centran más en las per- sonas que en los materiales. En la Guía para planificar edificios de bibliotecas en Nueva Gales del Sur (Australia) se recomienda que los libros ocupen solo el 30% del espacio de la biblioteca, mientras que el 70% restante atienda las diversas necesidades de la comunidad. Esta transformación tiene sentido si entendemos que en el pasado la información solía ser escasa, por lo que su- ministrar una gran cantidad de materiales parecía una opción lógica. Ahora la información está en todas par- tes; con toda esa competencia de información, el nicho de una biblioteca, al menos en su forma física, se enfoca cada vez más en proporcionar un espacio que sirva a los intereses de la comunidad. Y para ello, más que nunca, las bibliotecas necesitan conocer a las personas de la co- munidad para proporcionar un espacio público adecua- do a esas necesidades. Habermas planteó que el espacio público era un te- rritorio donde se forma la opinión pública y que la co-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx