La Biblioteca Imaginada - Jardín para sembrar comunidades
112 cipios de todo el país. En efecto, la biblioteca pública digital puede, a través de computadoras o dispositivos móviles, alcanzar a la gran mayoría de los habitantes del territorio y poner a su disposición una extensa co- lección bibliográfica, sin que tengan que asistir a las bibliotecas municipales. ¿Es cierto tal dilema? En parte sí. Cuando la biblio- teca tradicional se dedica nada más que a prestar libros en papel; cuando, además, se ubica lejos de las casas de sus potenciales lectores y funciona en horarios limita- dos, entonces es muy probable que la biblioteca digital sea una mejor opción: está abierta los siete días de la semana y tiene prácticamente los mismos libros que una biblioteca pública municipal. Lo que sucede es que hoy las bibliotecas públicas son otra cosa. Tal como lo señala el Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública, esta debe estar abocada, entre muchas otras labores, a: • Crear y consolidar los hábitos de lectura en los niños desde los primeros años; • Prestar apoyo a la educación, tanto individual como autodidacta, así como a la educación for- mal en todos los niveles; • Brindar posibilidades para el desarrollo personal creativo;
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