su valor argumental; es decir, hay argumentos que son obligatorios, mientras que otros son opcionales. Así, en la oración: «Luis entregó el paquete», el predicado «entregar» exige dos argumentos: un agente y un paciente; pero no exige, por ejemplo, un locativo. En otras palabras, la oración: «Luis entregó» es extraña porque, aunque tiene agente, le falta el paciente, que constituye uno de sus argumentos obligatorios. De hecho, sigue siendo extraña incluso si añadimos un locativo, pues ese no es el argumento que su predicado exige. En efecto, la oración: «Luis entregó en Lima», lo es porque le falta el paciente, hecho que cambia sustancialmente en la oración: «Luis entregó el paquete en Lima». La extrañeza que causa la oración mostrada se deriva del hecho que no podemos interpretar una oración si ella no tiene su estructura argumental completa. Otro fenómeno que se vincula a la estructura temática de una oración es la preminencia argumental en relación con la selección del sujeto de la oración; es decir, el nominal que ocupa la primera posición de la oración: se puede decir que el argumento que ocupa la posición del sujeto suele ser el de agente o el experimentante cuando cualquiera de los dos se halla presente, pero que, cuando este no está, son otros los argumentos que pueden ocupar esta posición en determinado orden de prioridad. Por ejemplo, si falta el agente, pero está el instrumento y el paciente, es el primero el que puede ocupar la posición de sujeto. Al respecto, contrástese las oraciones: «Juan rompió la ventana con una piedra en la escuela» con «La piedra rompió la ventana en la escuela». Nótese cómo el argumento «escuela», un locativo, no se desplaza a la posición de sujeto de la oración. Alguna vez el Fillmore (1968), cuya teoría del caso constituye el antecedente inmediato de la teoría temática, postuló que la selección del sujeto era una topicalización primaria. 2. PRAGMÁTICA En la comunicación humana, el lenguaje se usa en situaciones o circunstancias determinadas. Según cuál sea el contexto y cómo se exprese el contenido, el sentido que se dé a lo que se comunique variará; es decir, tendrá diferentes interpretaciones. La rama que se encarga de estudiar los principios que regulan la utilización del lenguaje en la comunicación concreta es la «pragmática» (Escandell, 1993), que estudia cómo y en qué términos los factores extralingüísticos condicionan la forma en que se interpreta el lenguaje en uso; es decir, la manera en que lo utilizamos como emisores para expresar nuestras intenciones comunicativas y la forma en 92
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