dentro de una categoría (Herrera, 2002). Admitir la existencia de «esencias» haría innecesaria una suposición como la de la teoría de los prototipos, pero el que las extensiones correspondan a clases objetivas y existentes, las esencias, no resuelve la pregunta por las condiciones necesarias y suficientes para que a algo se le atribuya determinada «esencia». Al respecto, Wittgenstein afirma que no hay tal cosa como una categoría, sino solo «parecidos de familia», respecto de los cuales es imposible definir condiciones necesarias y suficientes que definan su membresía a una determinada categoría (1988[1958], §60). Tal crítica nos lleva a afirmar que las categorías son en realidad conjuntos de rasgos arbitrarios, no fundamentados en ninguna realidad con estatuto ontológico. Como alternativa a lo anterior, es posible formular una teoría del significado léxico no esencialista. Dentro de la semántica léxica, se discuten las diferencias entre el «significado lingüístico» (correspondiente al saber lingüístico) y el «contenido enciclopédico» (correspondiente al saber del mundo y asociado al objeto que designa la palabra), que no sería propiamente un significado en el sentido de uno estructurado de forma lingüística. La distinción que se establece entre estos parte de la teoría de los rasgos semánticos, que sostiene que los significados de las palabras se puede examinar en rasgos constituidos arbitrariamente como parte de un determinado sistema lingüístico. Lo fundamental de esta teoría es que postula la existencias de rasgos semánticos primitivos, que constituirían el significado nuclear o lingüístico y que no deben confundirse con las creencias que se tiene sobre las entidades en el mundo. Estas corresponderían al contenido enciclopédico, que se diferencia del significado léxico por carecer de un carácter obligatorio, mientras que el significado léxico sí lo tiene en relación con la convención social establecida y estructurada por el sistema lingüístico. Por ejemplo, si se trata del significado de «casado», los rasgos semánticos que lo constituirían serían [+humano, +adulto, +masculino, -soltero…]. Uno puede tener diversas concepciones, basadas en su saber del mundo, para definir lo que es estar casado; pero la palabra «casado», sean cuales sean estas concepciones, jamás podría implicar ser soltero. Por esta razón, no tendría mayor sentido —aunque podría tenerlo pragmáticamente— formular una oración como: «Pedro está casado, pero es soltero», pues esta oración soslayaría uno de los rasgos semánticos primitivos que constituyen el significado lingüístico, el convencionalmente establecido, de la palabra «casado». 88
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