Hemos dicho que oración siempre tiene un sujeto. Esto es cierto incluso cuando el sujeto no tiene rasgos fonéticos; es decir, cuando no lo podemos escuchar (lo que tradicionalmente se conoce como «sujeto tácito»). Sabemos que hay un sujeto presente porque el núcleo de FF toma los rasgos de persona y número de aquel (Bosque & Gutiérrez, 2009). Por ejemplo, en la oración: «Corremos diariamente», sabemos que el sujeto tácito tiene los rasgos de primera persona plural y podría materializarse como «nosotros», como en: «Nosotros corremos diariamente». Veamos la representación de «Corremos diariamente» en el gráfico 19. Sin embargo, otros sujetos tácitos nunca podrán materializarse (Bosque & Gutiérrez, 2009). Por ejemplo, en la oración: «Llovió en la ciudad», sabemos que el sujeto tácito tiene los rasgos de tercera persona singular, pero ninguna FD explícita podría materializarse como sujeto. Oraciones como: *«Él llovió en la ciudad» o *«El clima llovió en la ciudad» son agramaticales (por ello, están precedidas por un asterisco). Veamos la representación de: «Llovió en la ciudad» en el gráfico 20. 61
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