decir, pierden una vocal o consonante en procesos de flexión o derivación, etc. Todo esto forma parte del componente morfológico de la competencia lingüística de un hablante. 2.5. La morfología de las lenguas de señas Recordemos que la facultad lingüística está en pleno funcionamiento tanto en las lenguas orales como en las lenguas de señas. Esto significa que estas últimas también tienen una morfología que es idéntica a la de las lenguas orales. Para empezar, en las lenguas de señas también podemos reconocer distintas categorías gramaticales. Por ejemplo, Rodríguez Mondoñedo explica que, en la lengua de señas peruana (LSP), es clara la presencia de categorías como sustantivo (N), verbo (V), adjetivo (Adj), adverbio (Adv), conjunción (Conj) y clasificador (Cla); otras categorías aparecen en contextos muy restringidos. Podemos observar algunos ejemplos en la figura 4: la seña que corresponde a «sangría» (la bebida) es un sustantivo (imagen en Navarro, 2015); la seña que corresponde a «derecho» o «de frente» es un adverbio (imagen en Grimaldo, 2015); y la seña que corresponde a «individuo», en el sentido de entidad, es un clasificador (Rodríguez Mondoñedo, en comunicación personal). Tal como las lenguas orales, las lenguas de señas también cuentan con procesos morfológicos. Por ejemplo, en LSP, un proceso de derivación afecta a la seña para «diente» y el resultado es la seña para «dentista». Rodríguez Mondoñedo (en comunicación personal) explica que, en la 51
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