cantado»), en el castellano andino representa una categoría modal o aspectual, ya que señala una acción que solo se sabe de oídas. Se trata de una influencia del reportativo de pasado narrativo «-sqq» («-r» en los quechuas centrales), una marca que se halla presente cuando se habla de eventos históricos, leyendas, fábulas o acciones que ocurrieron cuando el hablante era niño, así como cuando estaba inconsciente (dormido o borracho, por ejemplo); en general, cuando se habla de eventos en el que el hablante no ha participado, pero de los que sabe de oídas. Otro uso importante es el matiz sorpresivo: el pluscuamperfecto se usa para nuevas situaciones que el hablante acaba de descubrir. f. Uso anómalo del pronombre de objeto de la tercera persona: dado que en quechua no hay marca especial para los pronombres de objeto de la tercera persona, el uso de los pronombres es inestable. De esa forma, se puede ausentar el pronombre en la oración (como ocurre en el segundo ejemplo de la tabla) o aparecer, por lo general, bajo la única forma del singular masculino. En este último caso, «le», «les», «los», «la» y «las» se han neutralizado en número y género en la forma «lo». g. Uso del «dice» como marca de fuente: en quechua, existe una serie de sufijos obligatorios en el discurso que indican la distinción entre una acción experimentada y una no experimentada: El sufijo «-mi», que señala una absoluta certeza sobre lo afirmado. El hablante tiene conocimiento directo de lo que dice (no cabe 470
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