a. Ausencia de artículo: el quechua carece de artículos, así como el latín y otras lenguas. Por ello, en el castellano andino se elide los artículos en frases u oraciones. b. Ausencia de concordancia de género y número. El quechua no posee concordancia de género, a diferencia del castellano. Eso no tiene que resultar extraño, ya que el inglés tampoco marca género en sus frases nominales (con excepción de los pronombres). Por otro lado, la concordancia de número es opcional en el quechua. En el caso del castellano andino, la falta de concordancia se da a casi todo nivel: sustantivo-verbo, sustantivoadjetivo, sustantivo-determinantes, etc. El género está lexicalizado en el quechua: no hay morfemas de género; es decir, carece de un sufijo que marque si se trata de una entidad femenina o masculina. Así, por ejemplo, dos palabras tan distintas como «warma» y «sipas» se traducen al castellano como «muchacho» y «muchacha», respectivamente. En cuanto al número, pese a la existencia del sufijo «-kuna», sería bueno señalar que esta marca de plural se utiliza más 468
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