castellano. A lo largo de su historia en el Perú, este ha sido reconocido y se ha empoderado, con lo que se ha vuelto tanto «punto de equilibrio» como «idioma por excelencia». Por ello, su dominio implica «una mejor forma de vida» y «el camino al éxito». Evidentemente, el efecto de esta predominancia tiene como resultado obviar un hecho real y enriquecedor de nuestra nación: nuestro multilingüismo. Negar la existencia de las lenguas practicadas por diversas poblaciones debidamente constituidas sería negar la existencia de las personas que las hablan y, por consiguiente, estaríamos afectando uno de sus derechos básicos fundamentales: la práctica y revitalización de sus propias lenguas. Las más de cuarenta lenguas que se hablan en el Perú son oficiales y sus hablantes tienen pleno derecho a usar su lengua materna en todos los aspectos de la vida diaria. Frente a este rico panorama lingüístico, salen a relucir algunas interrogantes: ¿de dónde aparecieron tantas lenguas?, ¿desde hace cuánto tiempo se practican en nuestro territorio? Probablemente, el origen de estas primeras lenguas se encuentra en las primeras oleadas de migrantes, producidas hace 10 000 años antes de nuestra era. Asumimos que los pobladores del Perú de entonces hablaban muchas lenguas que, como ha sucedido con todas las lenguas del mundo, se han ido transformando con el paso del tiempo. Por ello, es difícil saber con exactitud cómo eran las lenguas que se hablaban en ese entonces. Lo que sí es claro es que antiguamente, en la costa del Perú, se hablaron una serie de lenguas que hoy están extintas. Entre ellas encontramos la tallana, la sechura, la olmos, la mochica y el quingnam. Después de la conquista del Perú por parte de los españoles, estas lenguas se fueron extinguiendo. Las palabras de estas lenguas registradas por Baltazar Martínez Compañón, así como los apellidos de los pobladores de la zona (como Chafloque, Chancafe, Neciosup, entre otros), constituyen testimonios de la existencia de esas lenguas. La última de las lenguas mencionadas en extinguirse fue el mochica, que tuvo un hablante sobreviviente hasta las primeras décadas del siglo XX. Por otro lado, en la zona andina del Perú se habla actualmente dos lenguas: el quechua y el aimara. Ambas lenguas poseen, como cualquier otra, complejidad sintáctica y su propio inventario léxico. Se debe mencionar, además, que existen muchos quechuas y dos variedades de aimara. Hace muchos años, el aimara se hablaba desde la sierra central del Perú hasta territorios que abarcan los actuales Chile y Bolivia. El mejor testimonio histórico de la existencia de lenguas originarias andinas son los 460
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