Introducción a la lingüística clínica

(Carr & Hinckley, 2012). El segundo es el que forma parte, más bien, del funcionamiento ejecutivo, que permite prestar atención a elementos específicos de la frase, en especial frente a la presencia de quiebres comunicativos, y gestionar los recursos cognitivos presentes en relación con las demandas comunicativas del contexto. Existe evidencia de alteraciones atencionales en menores con trastornos del lenguaje que muestran, en general, una capacidad limitada para sostener el foco atencional (Gillam, Montgomery & Gillam, 2009). c. Memoria: se trata de un constructo que alude a la representación cerebral de hechos, eventos u otro tipo de información que hemos adquirido en el pasado. Asimismo, alude a los procesos que están envueltos en la adquisición, retención y recuperación de la información (Gilsky, 2011). Al igual que la atención, presenta diferentes tipos, entre los cuales los más utilizados son los derivados de la taxonomía que propone su clasificación en memorias de tipo declarativo (o de tipo explicito/consciente) y no declarativo (o de tipo implícito/inconsciente). A su vez, dentro de las primeras se puede encontrar las memorias semántica y episódica: la primera correspondería al léxico mental y la segunda, a la información de tipo biográfico, que se refiere a los recuerdos de determinados eventos y las circunstancias que los generaron (Dike, 2011). Dado su carácter instrumental, alteraciones en estos tipos de memoria llevan a fallos importantes en el funcionamiento cognitivo y del lenguaje, en especial, porque la memoria semántica es central para la comprensión y el uso de palabras con significado. Una dificultad a la hora de estudiar la relación entre memoria y lenguaje se relaciona con la unidad de análisis utilizada. Por ejemplo, la unidad básica de memoria semántica en términos simples sería el concepto, que se asume almacenado de manera separada de las palabras. Se trata de un constructo problemático para las ciencias cognitivas; ya que, dependiendo de la teoría que lo defina, puede verse como una representación mental con características variables que van desde una entidad abstracta hasta una habilidad psicológica (Ramos, 2010). Otros tipos de memoria, que se diferencian de las anteriores por presentar características funcionales y ubicación anatómica distinta, son el sistema de representación perceptual, la memoria procedural y 454

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