CAPÍTULO I. LENGUAJE Y COGNICIÓN Ignacio Wettling Carpio Fonoaudiólogo Universidad Mayor (Chile) Un aspecto que se debe considerar dentro del estudio del lenguaje es su relación con la cognición. Esta relación, que aún está lejos de estar definida, ha ido conceptualizándose de distintas maneras; pero existen dos grandes posturas: una que concibe al lenguaje como un sistema mental especial y autónomo; y otra que lo concibe, más bien, como un producto particular de la cognición humana general A pesar de la gran cantidad de investigación en torno al tema, aún no hay pruebas concluyentes que permitan definir cuál de las dos posturas es la correcta. La relevancia en la respuesta a este dilema no es menor ya que, dado que la función lingüística se utiliza no solo para comunicar, sino también para representar el pensamiento, cabe preguntarse cómo se plantea la relación entre lenguaje y este último. Algunos piensan que la función lingüística moldea el pensamiento y lo hace expresable; otros, por el contrario, mantienen la independencia de estos dos dominios. Fodor (1983), por ejemplo, concibe el lenguaje como un sistema autónomo e independiente del pensamiento, al que asigna un lenguaje representacional autónomo; mientras que Bloom (2004) no habla de un lenguaje del pensamiento, pero sí de contenidos de lenguaje preexistentes e independientes del lenguaje. Un antecedente importante en el estudio de la relación lenguajecognición fue la hipótesis Sapir-Whorf, la cual plantea que el lenguaje influye en la forma del pensamiento de una determinada cultura. Si bien en la actualidad está desestimada en su versión fuerte, esta teoría ha experimentado últimamente una revitalización (Boroditsky, 2011), existiendo cierta evidencia que apoya el hecho de que el lenguaje podría influenciar aspectos específicos de la cognición como los términos espaciales que se utilizan en un idioma, o los colores que se aceptan como 442
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