los que se puede pensar, las lenguas de señas también tienen fonología. Los principios que aplican al análisis de lenguas orales, como en los ejemplos que hemos revisado en este apartado dedicado al subsistema fonológico, aplican también a las lenguas de señas. Para mostrar las correspondencias específicas, Rodríguez Mondoñedo presenta una comparación entre los criterios empleados para describir consonantes en las lenguas orales y los parámetros utilizados para describir señas en las lenguas de señas. La posición de las manos refiere a la parte del cuerpo del hablante en la que se articula la seña, la distancia entre la mano y la parte del cuerpo en cuestión y el lugar de contacto entre la mano y el cuerpo. La configuración de las manos refiere a la forma de la mano (extendida o en puño), la disposición de los dedos y la orientación de la palma. El movimiento de las manos refiere tanto a la forma del movimiento (recto, giratorio, etc.) como a la dirección del mismo (hacia arriba, hacia abajo, hacia adelante). Por ejemplo, las ilustraciones que aparecen a continuación (Klima & Bellugi, 1979) muestran cómo, en ASL (siglas de American Sign Language, la lengua de señas de los Estados Unidos), las señas pueden variar mínimamente cuando se altera solo uno de los tres parámetros mencionados. Así, las señas pueden tener la misma configuración y movimiento de las manos y contrastar solo en la posición, como en la figura 1; pueden tener la misma posición y movimiento de las manos y contrastar solo en la configuración, como en la figura 2; o pueden tener la misma posición y configuración de las manos y contrastar solo en el movimiento, como en la figura 3. 39
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