Introducción a la lingüística clínica

alveolar [t], por la nasal labial [m], respectivamente. Esas formas no reflejan la pronunciación de los hablantes de castellano. Otros sonidos son siempre predecibles en una lengua y, por esta razón, no forman parte del inventario. Observemos los siguientes ejemplos para el castellano de Lima, que aparecen en la tabla 8, en los cuales [β] representa una consonante fricativa labial sonora. Al revisar los ejemplos en la tabla 8, podemos notar que el sonido [β] no puede aparecer a comienzo de palabra (como en 8a), mientras que el sonido [b] no puede aparecer entre vocales (como en 8b). Aun cuando el hablante de castellano de Lima no es consciente de estas restricciones, su pronunciación claramente refleja que está siguiendo patrones fonológicos que permiten que algunas formas sean pronunciadas y que otras sean consideradas malformadas. Los lingüistas creamos diferentes teorías fonológicas para explicar lo que los hablantes hacen con su conocimiento lingüístico. En este apartado, vamos a ejemplificar solo una de ellas: la teoría de las gramáticas armónicas (Pater, 2009) del marco de la teoría de la optimidad (Prince & Smolensky, 1993), para explicar las diferentes restricciones vistas en la tabla 8. De acuerdo con esta teoría, el subsistema fonológico consiste en un conjunto de representaciones subyacentes (el inventario fonológico de una lengua) y un conjunto de restricciones para la combinación de esas representaciones. Siguiendo con los ejemplos de la tabla 8, el inventario fonológico nos ofrece las formas subyacentes para cada palabra: /bola/ es, entonces, la representación subyacente de [bola] y /bobo/ es la representación subyacente de [boβo]. En cuanto a las restricciones, estas pueden ser formuladas como en la tabla 9. En la tabla 9, observemos que 9a es compatible con nuestra observación de que el segmento inicial de [bola] es una oclusiva, tal como en la representación subyacente /bola/; si es pronunciado como una fricativa [β], 32

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