Introducción a la lingüística clínica

«labiales»; si ocurre en dientes, «dentales»; si ocurre en los alveolos, «alveolares»; si ocurre en el paladar, «palatales»; si ocurre en el velo del paladar, «velares»; si ocurre en la glotis, «glotales», etc. Finalmente, el movimiento de las cuerdas vocales refiere a la vibración o ausencia de ella generada por el aire cuando pasa por las cuerdas vocales: si las cuerdas vocales vibran, las consonantes son «sonoras»; si no vibran, son «sordas». En contraste, cuando los lingüistas queremos describir vocales, utilizamos otros tres criterios: la altura de la articulación, la profundidad de la articulación y la intervención de los labios. En primer lugar, la altura de la articulación refiere a la elevación de la lengua dentro de la cavidad oral: si la lengua se acerca a la parte superior de la cavidad oral, las vocales son «altas»; si está en posición intermedia, «medias»; y, si tanto la lengua como la mandíbula descienden, «bajas». En segundo lugar, la profundidad de la articulación refiere a la lejanía de la lengua de la zona prepalatal en la cavidad oral: si la lengua está cerca del prepaladar, las vocales son «anteriores»; si está cerca del paladar, «centrales»; y si está cerca del velo, «posteriores». Finalmente, la intervención de los labios refiere a la posición redondeada o no redondeada de los labios: si estos se redondean, las vocales son «redondeadas»; si permanecen estirados, «no redondeadas». Como ejemplo, revisemos, en la tabla 2, el inventario de consonantes de una variedad de castellano: el de Lima. Recordemos que las consonantes en esta tabla aparecen siguiendo el alfabeto fonético (y no la manera de escribir). Las consonantes aparecen clasificadas según su modo y punto de articulación. Además, en cada celda, los sonidos que aparecen hacia el borde izquierdo representan consonantes sordas, mientras que aquellos que aparecen hacia el derecho representan consonantes sonoras. 27

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