lenguaje y este es uno de los rasgos distintivos cuando se está frente a un problema que corresponde a un proceso fonológico. 3.2. Desarrollo del componente léxico-semántico A diferencia de la evolución de otros componentes en el lenguaje, el desarrollo semántico no ha sido descrito suficientemente en la literatura especializada. Acosta y Moreno (2001) señalan que el énfasis que se ha puesto en el estudio de determinadas etapas, aspectos y procesos ha producido un desequilibrio en la cantidad de información disponible para ofrecer un panorama global de los principales contenidos semánticos que se dan durante el desarrollo. Una variable importante que se ha estudiado para documentar el desarrollo semántico ha sido el uso de las primeras palabras y la evolución en las mimas hasta aproximadamente los 4 años. Nelson (1998), citado por Acosta y Moreno (2001), plantea la existencia de varias etapas en este desarrollo. 3.2.1. Etapa preléxica Abarca el periodo comprendido entre los 10 y 15 meses. En esta etapa, los padres comienzan a otorgar la categoría de «palabra» a las emisiones verbales que presentan sus pequeños. Sin embargo, dado que carecen de la base conceptual necesaria para ser consideradas como palabras, se les denomina «prepalabras». Si bien tienen intención y efectos comunicativos, carecen de la convencionalidad y la arbitrariedad que caracterizan a las palabras; es decir, comparten experiencias, pero no significados. 3.2.2. Etapa de los símbolos léxicos Abarca el periodo comprendido entre los 10 y 24 meses. En esta etapa, hay un incremento significativo del vocabulario y se empieza a nombrar los objetos. Sus emisiones, fonéticamente más estables, les permiten participar de algunos significados de los adultos. Se debe precisar que, cuando los niños empiezan a dar nombre a los objetos, estos son puramente referenciales, ya que asocian sus conceptos a la propia idea que se formaron sobre el objeto. Por ello, sus designaciones son estables respecto del mundo, pero pueden no coincidir con las manejadas por los adultos en la medida en que les falta la convención que este ya maneja. En esta etapa, se hacen presentes las llamadas sobreextensiones y sobrerrestricciones. Las primeras implican la ampliación del campo semántico de una palabra para que incluya en su designación referentes que corresponden a otros significados (por ejemplo, se denomina «papá» a 218
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx