La etapa ilocutiva empieza hacia entre el octavo y noveno mes de edad. En esta etapa, los niños utilizan gestos y vocalizaciones convencionales para comunicar intenciones y señalan diferentes intenciones con diferentes conductas. Los mismos autores ya referidos plantean la existencia de tres subetapas relacionadas con los gestos: a) en la primera, que empieza un poco antes de la etapa ilocutiva, los niños se utilizan a sí mismos como instrumentos de comunicación (por ejemplo, levantan sus brazos u ocultan su rostro para solicitar determinada acción); b) en la segunda, que se da al inicio de la etapa ilocutiva, los niños muestran los objetos a su interlocutor sosteniéndolos y extendiéndolos hacia ellos, aunque no los sueltan, estrategia que utilizan para llamar la atención del adulto; y c) en la última, que se da en pleno desarrollo de la etapa ilocutiva, los bebés desarrollan un amplio rango de gestos, entre los que se incluyen los convencionales para mostrar, ofrecer, señalar y pedir, así como otros no convencionales, como las rabietas. En un inicio, estos gestos aparecen sin vocalizaciones, pero progresivamente se irán incorporando de manera consistente. La etapa locutiva empieza cuando los niños emiten su primera palabra con significado. A partir de este momento, las intenciones de los niños se transmitirán a partir de códigos lingüísticos. Las verbalizaciones seguirán estando acompañadas de gestos; pero, a medida que el niño vaya teniendo mayor desarrollo verbal, los gestos irán disminuyendo. A continuación, se presenta la tabla 3 que resume el desarrollo de la intencionalidad y de los gestos, procesos que se dan de manera paralela y colaborativa. 212
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