ejemplo, su sensibilidad a la voz humana y a las configuraciones de los rostros humanos. Estas habilidades le permiten al bebé desarrollar un tipo primitivo de interacción con los adultos prácticamente desde el momento mismo del nacimiento. Estadio 2: interés activo por las personas (2-5 meses). En este periodo, las conductas se empiezan a tornar propositivas. El bebé muestra un activo interés por las personas y desarrolla, al mismo tiempo, formas especiales de interactuar con ellas. Estas se agrupan bajo la denominación de «juegos cara a cara» y consisten en intercambios de expresiones faciales, vocalizaciones y movimientos centrados en torno al rostro del adulto, todo ellos realizados en medio de un contexto afectivo importante. Estadio 3: interés por los objetos (5-8 meses). En este estadio, se produce una disminución del interés por las personas y surge el interés por el mundo de los objetos, el mismo que es propiciado, entre otras cosas, por el desarrollo de las capacidades motrices que se dan en esta etapa y que implican, entre otras cosas, el incremento de la movilidad, la posibilidad de sentarse y el desarrollo de la prensión, capacidad que le permite coger juguetes. Los juegos cara a cara continúan estando presentes, pero tendrán que repartir el tiempo entre la exploración y manipulación de objetos. Sin embargo, lo más característico de este tercer estadio es que el niño es incapaz de coordinar en una misma actividad a personas y objetos; es decir, el niño o juega a la pelota o juega con su madre, pero aún no tiene la posibilidad de coordinar el juego de la pelota con su madre. Estadio 4: coordinación de personas y objetos (8-18 meses). En esta etapa, surgen los hitos evolutivos más importantes en el desarrollo de la comunicación, entre los cuales se puede destacar la capacidad de coordinar a personas y objetos (por ejemplo, jugar con la madre a la pelota); la aparición de gestos con intención comunicativa, tan característicos como el de señalar con el dedo; o actividades como compartir la atención sobre focos de interés comunes. Mariscal (2008) cita a Bates, Camaioni y Volterra (1975), quienes en un estudio clasificaron los gestos comunicativos e identificaron dos como los más importantes por su carácter comunicativo: Gestos protoimperativos: mediante los cuales el niño utiliza al adulto como un medio para alcanzar una meta. Estos pueden ser 208
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