En este sentido, se afirma la existencia de dispositivos de interacción previos para que los bebés aprendan, por ejemplo, los formatos de interacción; se trata, pues, de pautas estandarizadas que hacen posible la actuación por turnos entre el bebé y el adulto. Su peculiaridad es que implica roles que, con el tiempo, se vuelven reversibles. En sus comienzos, estas estructuras de interacción están dirigidas por el adulto y, por ello, los niños parecen ser más sofisticados lingüísticamente hablando de lo que en realidad pueden ser. Por otro lado, según Bohannon III y Bovillian (2010), Vygotsky (1962) afirmaba que, para el niño pequeño, el lenguaje inicialmente es solo una herramienta para mantener la interacción social. De manera progresiva, el niño empieza a usar el lenguaje en sus interacciones privadas con el medio, hablando en voz alta al jugar o al realizar acciones. El papel del lenguaje cambia en el curso de desarrollo pasando de ser una herramienta social a una herramienta privada en la medida en que el niño interioriza las formas lingüísticas. 2. DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN La importancia del estudio de la comunicación surge a raíz de que un gran número de investigaciones pusieron de manifiesto la existencia de un período en el desarrollo infantil, en la que se dan importantes cambios en las conductas interactivas y comunicativas del niño. Es innegable que los bebés, desde un inicio, muestran un interés por comunicarse con las personas de su entorno, quienes también responden de manera recíproca a dicho interés. Es evidente también que un bebé no comprende el lenguaje y menos aún tiene la capacidad de producirlo, pero sí intenta comunicarse a través de otros medios como el llanto, el gestos u otros. Gómez y otros (1995) señalan que, en el intento de conocer el desarrollo de la comunicación prelingüística, se ha establecido diversos términos y conceptos para referirse a repetidos fenómenos hallados en las investigaciones. Estos mismos autores incluyen el planteamiento de Schaffer (1984 y 1989) sobre el desarrollo de los estadios de la interacción y comunicación como un intento de unificar los criterios. Este estudioso plantea la existencia de cinco estadios, que se detallan a continuación: Estadio 1: preadaptaciones para interactuar con las personas (0-2 meses). El bebé viene dotado de una serie de predisposiciones para interactuar con los adultos, entre las cuales se pueden señalar, por 207
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