Trozado: se corta la palabra, frase u oración en partes más pequeñas. Modelo parcial: se da al niño solo una parte del modelo para que lo imite y luego diga el resto de la oración por sí mismo. Expansión: se pide al niño que complete la oración con las palabras que han sido omitidas. Se utiliza cuando el niño tiene suficiente facilidad para incluir los elementos objetivados dentro de una oración. Inducción: consiste en usar pistas o hacer preguntas para ayudar al niño a producir las palabras que omitió. Se utiliza cuando el niño necesita que le hagan recordar en la producción del objetivo enseñado. Combinación: es el uso de cualquiera de las técnicas descritas de acuerdo con lo que el niño necesite. La profesora debe usarlas basándose en las respuestas del niño y dándole más ayuda cuando lo requiera. 3.4.2. ¿Cuál es el papel de la familia en esta metodología? La metodología auditivo-oral prioriza la orientación a la familia y la satisfacción de las necesidades particulares de sus niños, con el fin de lograr mayor colaboración y cohesión entre la familia y los profesionales que atienden a su hijo. El entorno familiar es un ambiente natural para lograr la comunicación y proporcionar una estimulación intensiva para desarrollar el lenguaje durante los 365 días del año. En el transcurso del día, hay muchas oportunidades para que el niño se comunique: el trabajo de los padres consiste en reconocer estas oportunidades y tomar ventajas de estas como experiencias de aprendizaje del lenguaje. El objetivo principal es formar a los padres para que sean los protagonistas del desarrollo del lenguaje de sus hijos; es decir, que aprendan a interactuar con el niño y logren una mejor calidad en la comunicación y el lenguaje. Cuanto más conocimiento tengan las familias sobre el proceso de desarrollo de la audición, la comunicación, el lenguaje y el aprendizaje de los niños, más preparados estarán para ser ellos mismos los actores principales del proceso de intervención. En términos de Luterman «el programa centrado en la familia ve a los padres como capaces de tomar decisiones responsables que, con apoyo e información objetiva y profesionales que no juzguen, tomaran sus propias y mejores decisiones» (1999, p. 93). Algunos autores, como Gràcia, Ausejo y Porras (2010), explican que se debe de dejar de considerar a los profesionales 188
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx