no pase del mes después de la confirmación del diagnóstico y que los niños pequeños que usen audífonos sean monitoreados audiológicamente cada tres meses. Es muy importante comprender que la meta no es alcanzar umbrales auditivos iguales a los de los niños oyentes, sino adaptar al niño a los auxiliares auditivos que le permitan alcanzar y manejarse cómodamente en el área del lenguaje; es decir, a una intensidad de entre 40 y 60 dB (nivel conversacional), que abarcan el rango de frecuencia de la palabra hablada, que va desde los 250 a los 4000 o 6000 Hz (Cornejo, 2003). El programa de la percepción auditiva surge por un acceso del sonido y progresa a través de las siguientes etapas: Detección: consiste básicamente en captar la presencia del sonido. Esta habilidad permite al niño saber que el sonido está presente o ausente. La conciencia del sonido es el comienzo para el aprendizaje auditivo. Discriminación: consiste en poder comparar dos estímulos y determinar si son iguales o diferentes. Para esta tarea, es necesario que el niño maneje los conceptos de igual y diferente, o bien que se le presenten tareas donde haya solo dos estímulos en el juego. Identificación/reconocimiento: esta habilidad se funda en la posibilidad de utilizar ciertos rasgos acústicos para seleccionar un estímulo dentro de una serie de opciones. No se trata más de una mera comparación, dado que hay, por lo menos, más de dos estímulos presentes. Comprensión: esta habilidad le permite al niño procesar la información que recibe con sus auxiliares auditivos para construir el significado de las palabras. La comprensión auditiva debe considerarse como el mecanismo por el cual un niño puede utilizar la audición no solo para la decodificación de los mensajes, sino para el desarrollo semántico, morfológico, fonológico y fonético del lenguaje. 3.4.1.2. Formatos de enseñanza Son los grupos de actividades que se detallan a continuación: 185
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