estimulación. Permiten delimitar el umbral auditivo, específicamente por frecuencias, y su objetivo es reconocer, entre toda la actividad cerebral, la respuesta que genera un estímulo a una frecuencia determinada. En algunos casos, tiene una alta correlación con la audiometría tonal. Pruebas audiológicas subjetivas: precisan de la colaboración del paciente para evaluar su audición. El resultado obtenido al aplicar el estímulo (vibrador, tono o palabra) depende de la apreciación subjetiva acerca de la percepción del estímulo, tanto del paciente como del propio explorador que realiza la prueba. Estas pruebas son las siguientes: La audiometría tonal mide la capacidad de una persona de escuchar diferentes sonidos. Se evalúan frecuencias entre los 250 y los 8000 Hz. El objetivo es establecer los umbrales de sensibilidad auditiva en todas las frecuencias importantes para la comunicación humana. La audiometría tonal evalúa el umbral de audición mínimo; es decir, la presión sonora mínima de una señal que es capaz de evocar una sensación auditiva. Esta prueba permite valorar si la audición es normal o si existe pérdida auditiva, y determinar, si es que la hubiera, si es leve, moderada, severa o profunda. Asimismo, permite realizar un diagnóstico etiológico y topográfico de la causa de la pérdida auditiva y si es evolutiva. Todos los datos obtenidos por esta prueba permiten realizar una orientación terapéutica. La logoaudiometría es una prueba que determina de manera cuantitativa la capacidad para reconocer y comprender sonidos del habla, ya que evalúa el porcentaje de discriminación de las palabras. Esta prueba se utiliza para validar la audiometría tonal, comparar la habilidad auditiva de los dos oídos, monitorear los cambios en el tiempo, así como decidir y evaluar la indicación y rehabilitación protésica que debe utilizar el paciente. El material que se utiliza son listas de palabras monosilábicas, bisilábicas o trisilábicas, fonéticamente balanceadas. Unas de las medidas básicas es la determinación de los umbrales de reconocimiento de la voz (nivel en decibeles en que se contesta correctamente el 50% de las palabras) y de discriminación (nivel en decibeles en que se contesta el 100% de las palabras y que normalmente se encuentra a 30 dB por encima del umbral de reconocimiento de la voz). Hay que considerar que la distribución de los sonidos del habla en una 178
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx