Para apreciar la complejidad de la combinatoria del lenguaje, podemos examinar cómo se construye un signo complejo como «una gata arañó ese sofá» en una lengua oral como el castellano. La construcción de este signo complejo involucra una larga serie de combinaciones de signos simples que van formando signos cada vez más complejos. Los signos simples o «morfemas» que componen este signo complejo son los siguientes: «un», «a», «gat», «a», «arañ», «ó», «es», «e» y «sofá». Estos morfemas se combinan para formar los signos complejos que conocemos como «palabras»: «un-a», «gat-a», «arañ-ó» y «es-e». El morfema «sofá» forma la palabra «sofá» por sí solo; en cambio, forma la palabra «sofá-s» con el morfema «s» y la palabra «sofá-cito», con el morfema «cito». A su vez, las palabras se combinan formando signos más complejos llamados «frases»: «una» y «gata» forman la frase «una gata», mientras que «ese» y «sofá» forman la frase «ese sofá». Una palabra y una frase también pueden combinarse para formar otra frase; es lo que ocurre con la palabra «arañó» y la frase «ese sofá», que conforman la frase «arañó ese sofá». Finalmente, esta frase y la frase «una gata» se combinan para formar la frase «una gata arañó ese sofá». A este tipo de frase se le conoce como «oración» y en el gráfico 1 podemos ver su estructura. 15
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