Introducción a la lingüística clínica

El lingüista puede diseñar y construir pruebas, pero eso implica nuevamente un trabajo que no le es usual y que representa un desafío. Normalmente, el profesional que trabaja en la clínica con los pacientes sabe cuáles son las áreas de problemas que necesita evaluar, y el lingüista puede responder a esas necesidades. Además, la construcción de pruebas válidas y confiables, con normas que permitan identificar un rendimiento anormal, implica un arduo trabajo, en el que la asesoría metodológica de un especialista en elaboración de pruebas es fundamental. Se trata de una tarea difícil, pero interesante y necesaria, en el que el lingüista puede hacer un valioso aporte. Existen variadas pruebas para evaluar diferentes aspectos del lenguaje. Sin embargo, muchas de ellas no han sido creadas para la lengua española o sus normas no corresponden a nuestra realidad. Generalmente, no es adecuado traducir un instrumento proveniente de otra lengua que presenta características lingüísticas diferentes y este debe ser «adaptado», pero ello no es una tarea simple y requiere contar con la autorización legal de los autores. En términos ideales, sería más recomendable, por lo tanto, construir nuestros propios instrumentos de evaluación contando, eso sí, con las asesorías especializadas que se requieren. Los parámetros normales constituyen una demanda frecuente de parte de los especialistas que trabajan con personas con problemas lingüísticos. Se supone que los lingüistas manejan esa información y saben, por ejemplo, cuál es el léxico básico de un adulto, ingeniero, de 50 años (para poder basarse en eso y controlar a su paciente afásico de esa edad y profesión); o cuál es la secuencia en que se adquiere las preposiciones (para seguirla en su plan terapéutico con un niño); o cuál es la frecuencia fundamental normal de la voz de una mujer de una determinada edad (para corroborar si la voz de su paciente está muy lejos de la normalidad). Evidentemente, esas interrogantes no encuentran respuesta en el ámbito de la lingüística teórica, cuyo quehacer es otro. Es la lingüística aplicada la que necesita con urgencia encontrar respuesta a interrogantes de esa naturaleza, recurriendo a disciplinas como la semántica léxica, la psicolingüística o la fonética acústica. La necesidad de normas es importante, especialmente para detectar o corroborar la existencia de un problema en un paciente (cuyos rendimientos se comparan con los patrones normales), por lo que son muy útiles las pruebas estandarizadas. Sin embargo, existen evaluaciones que no requieren normas, cuyo propósito es diseñar los objetivos y estrategias 159

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