auditivas, problemas cognitivos, daño neurológico, etc.), es importante el vínculo del lingüista con otros profesionales e, idealmente, el trabajo en equipo multidisciplinario. Otro factor muy relevante que incide en las distintas patologías es la edad de la persona afectada. Así, un problema de articulación que impide adquirir la producción adecuada de un sonido en un niño (dislalia) es diferente al de un adulto con problemas articulatorios por un daño cerebral (disartria). De hecho, las alteraciones lingüísticas que afectan a los niños plantean el tema de la adquisición del lenguaje, por lo que surge la interrogante acerca de qué es lo esperable en cada rango etario para poder detectar qué se puede estimar como patológico. Del mismo modo, es importante considerar también, entre otros aspectos, los niveles educacional y socioeconómico, así como el contexto cultural y familiar de la persona afectada para no confundir con patología fenómenos característicos de la comunidad a la que pertenece. El lingüista interesado en los trastornos del lenguaje se ve enfrentando así a un campo muy complejo, que le ofrece una gran variedad de opciones para focalizar su quehacer y puede aportar desde distintas disciplinas lingüísticas en cada tipo de alteración. En los trastornos de articulación, fluidez y voz, la fonética articulatoria y acústica pueden significar un valioso aporte. Los problemas de lenguaje pueden abordarse con la aplicación de enfoques provenientes de la fonología, la semántica, la morfosintaxis y la pragmática. También, interdisciplinas como la Psicolingüística, la Neurolingüística y la Sociolingüística pueden apoyar el abordaje de las patologías. En síntesis, el «mundo» de los trastornos del lenguaje plantea desafíos que pueden enfrentarse aplicando prácticamente todas las disciplinas lingüísticas. 3. TAREAS ESPECÍFICAS EN LAS QUE EL LINGÜISTA PUEDE APORTAR EN LAS PATOLOGÍAS DEL LENGUAJE El quehacer del lingüista en cualquiera de las áreas de la patología del lenguaje antes mencionadas puede focalizarse en tres ámbitos: a) la caracterización de los cuadros; b) el diseño de métodos e instrumentos para evaluar diferentes aspectos y procesos del lenguaje; y c) el aporte de conceptos y enfoques que los profesionales que atienden pacientes pueden utilizar en la terapia. El lingüista puede aportar en la caracterización de los diferentes cuadros aplicando conceptos y metodologías especializadas que permitan describir 156
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