De este modo, la lingüística clínica exige, como ya se ha planteado, interdisciplinariedad, característica fundamental en el mundo científico. Al respecto, Fernández asegura que «el cultivo de la lingüística clínica exige la colaboración de especialistas de otras áreas para disponer de la perspectiva integral y de la multidimensionalidad que exige el respeto por fenómenos tan complejos como los patológicos que —por padecerse— necesitan paliativos y curación» (1996, p. 415). Además, como afirman Garayzábal y Otero (2005), recordando a Jakobson, «[l]a lingüística es la ciencia de todas las manifestaciones del lenguaje» y quienes hacemos lingüística clínica nos ocupamos de los trastornos del lenguaje, que no son sino una de dichas manifestaciones. 3 La expresión «lengua natural» se refiere a las lenguas humanas con énfasis en su contraste con las lenguas artificiales, creadas en ámbitos como la lógica o la programación. Si bien los lenguajes artificiales se crean exprofesamente para evitar la ambigüedad y vaguedad de los lenguajes naturales, estos últimos parecen naturalmente responder a los principios de economía y optimalidad. 4 En lingüística, el concepto de «habla» hace referencia, en el más bajo nivel de abstracción de las categorías lingüísticas, a las determinaciones individuales de cada hablante en el uso de su lengua (Coseriu, 1952). Se trata de una definición que dista de su correlativo clínico, por lo menos tal como es entendido en el área de la lingüística clínica. 5 Como es sabido, los campos de estudio de la Lingüística son muchos y variados. No obstante, pueden reducirse fundamentalmente a dos: el de la lingüística teóricodescriptiva o lingüística interna y el de la lingüística aplicada o lingüística externa (Fernández, 1996). 151
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