de la ciencia lingüística entre los especialistas en trastornos de la comunicación y el lenguaje, que se han nutrido del saber lingüístico de forma autodidacta. Dado el equívoco mencionado, se debe aclarar que, desde la Lingüística, el concepto de «norma» puede usarse en dos sentidos diferentes: uno prescriptivo y otro descriptivo. El primero se refiere a una variedad lingüística, la más de las veces artificial, que se erige como modelo y patrón de «corrección» o «incorrección»; mientras que el segundo, a una variedad lingüística naturalmente existente que identifica a determinada comunidad en la realización de una lengua. A este segundo sentido no le interesa la valoración social de determinada forma lingüística; sino, tan solo, su uso real y efectivo por parte de una comunidad. En general, la Lingüística tiene un interés descriptivo y no normativo, aunque le interese como objeto el fenómeno de cómo las sociedades valoran las diferentes variedades lingüísticas que se hablan en su seno. En este sentido, los patrones desviados que caracterizan los trastornos del lenguaje no se consideran en relación con una variedad lingüística determinada; sino con los patrones más generales de la lengua y, desde una perspectiva universalista, con los que caracterizan a la facultad del lenguaje y que, desde ciertas perspectivas, son innatos. Por su parte, la Fonoaudiología aborda el tratamiento de las perturbaciones del habla, el lenguaje y la comunicación. El nombre de esta disciplina varía según el país de que se trata: así, en España se la conoce como Logopedia; en los Estados Unidos, como Speech Language Pathology; y, en Francia, como Orthophonie, para solo citar algunos ejemplos. De acuerdo con Garayzábal y Otero (2005), la Fonoaudiología trata diferentes alteraciones del habla, el lenguaje (oral y escrito) y la comunicación en general, en los procesos tanto de comprensión como de producción, en niños y adultos. Precisa, además, que considera varios estadios en su práctica: la prevención, el diagnóstico, la evaluación, el asesoramiento y, finalmente, la intervención. En suma, el fonoaudiólogo interviene todo tipo de discapacidades comunicativas. A partir de las diferencias entre Lingüística y Fonoaudiología, se podría entender que la lingüística clínica es el punto de encuentro entre ambas disciplinas. Así entendida, Crystal (1986) resume en ocho sus principales aportes: 1. Clarificación del metalenguaje. 149
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