Introducción a la lingüística clínica

tanto, la labor de un lingüista en este ámbito es analizar y describir un problema del lenguaje para ayudar a la recuperación o mejora de quien lo padece. La estudiosa británica Louise Cummings (2008) complementa estas afirmaciones cuando sostiene que la lingüística clínica es el estudio de las numerosas formas en las que la única capacidad exclusivamente humana puede encontrarse alterada. Esta definición incluye los trastornos del lenguaje tal como generalmente se conciben. Sin embargo, también incluye los trastornos que resultan de la interrupción de los procesos más amplios de transmisión y recepción del lenguaje, así como de los trastornos de las funciones vegetativas que son un precursor evolutivo del lenguaje. En particular, incluye a todos los trastornos encontrados por los terapeutas del habla y del lenguaje en una serie de contextos clínicos. En relación con lo anterior, Garayzábal (2009) define la lingüística clínica como una nueva perspectiva de estudio, caracterizada por adoptar un enfoque integrador y multidisciplinario. Este intenta dar cuenta de los problemas que conciernen tanto a la forma del lenguaje como a su función comunicativa en el ser humano y que impiden o limitan su interacción con los demás, sea por inhibición, ausencia, distorsión, divergencia o deterioro de la habilidad lingüística. Entonces, la lingüística clínica debe aportar herramientas para su evaluación, proporcionar pautas de interpretación de los datos clínicos y facilitar materiales a los profesionales responsables de la rehabilitación de los trastornos del habla, la facultad del lenguaje y la comunicación. Como ya se ha mencionado, la lingüística clínica debe entenderse como el andamiaje de aquellos especialistas que trabajan con personas diagnosticadas con problemas del lenguaje. Por ello, su labor principal debe orientarse, de acuerdo con Brumfit (2004), a la actividad terapéutica, de tal modo que, desde el conocimiento lingüístico y su comprensión, los logopedas —y evidentemente también los lingüistas— puedan desarrollar un amplio abanico de herramientas terapéuticas orientadas a la rehabilitación de la comunicación, la facultad del lenguaje y el habla. Al tener un campo de aplicación lo suficientemente delimitado, la lingüística clínica tiene un punto de partida, unos objetivos y unos alcances bastante claros. De hecho, su afán por contribuir al conocimiento y a la sistematización de la información relacionada con las ciencias del lenguaje aplicadas a las alteraciones lingüísticas ha llevado a que, en las últimas décadas del siglo XX, se la reconozca progresivamente como un área 144

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