Dada las características de los TL en el adulto, más que buscar signos de alteraciones del lenguaje, es más apropiado identificar factores de riesgo (por ejemplo, hipertensión arterial) para enfermedades que puedan cursar con alteraciones del lenguaje (Hughes & Ganguli, 2009). En ese sentido, Hilari, Needle y Harrison (2012) señalan, como factores de riesgo para TL, la presencia de patologías hereditarias, adicciones, tabaquismo, alcoholismo, farmacodependencia, sedentarismo, enfermedades sistémicas (hipertensión arterial sistémica y cardiopatías, entre otras), metabólicas (diabetes mellitus), infecciosas y autoinmunes. Todas estas condiciones están entre las causas de algún tipo de compromiso en el sistema nervioso central y secundariamente pueden afectar la función cerebral superior que es el lenguaje. 1.2. En intervención La intervención de los TL está dirigida principalmente a aspectos verbales, pero este énfasis no excluye necesariamente aspectos de la comunicación no verbal, si el caso así lo requiriese. En la población tanto infantil como adulta, existen diferentes modelos de intervención, cuyo punto de encuentro es el uso del modelo conductual o clínico que presenta, a pesar 133
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