Extraer reglas sintácticas del lenguaje del ambiente. Interactuar y comunicarse con otros. Poseer la capacidad mental para realizar todo lo anterior de manera simultánea. Desde esta perspectiva, basada en el modelo computacional de la mente, se asume que el lenguaje forma parte de un sistema mayor de procesamiento de la información. En él, también participan otros componentes como la atención y la discriminación, que tienen como finalidad, junto a la memoria de trabajo, procesar los estímulos que provienen del medio. Por su parte, la memoria de largo plazo, junto a la función ejecutiva, permite organizar y analizar esta información y, con ello, generar una respuesta a las situaciones que plantee el entorno (Owens, 2010). De acuerdo con lo anterior, puede afirmarse entonces que es el desarrollo conjunto de la cognición y el lenguaje lo que permite el desarrollo social y comunicativo posterior. Un buen ejemplo de lo anterior es el desarrollo pragmático, que se logra por la interacción madre-hijo en un marco cultural durante los primeros meses de vida (Tomasello & otros, 2005). Esta interacción entre seres sociales, en actividades colaborativas con fines e intenciones compartidas, también contribuirá a la aparición de otras habilidades como el juego, aspecto vital de la infancia que contribuye y a la vez se nutre del desarrollo lingüístico (Orr & Geva, 2015). Lo anterior tiene gran relevancia para el fonoaudiólogo, que no solo debe abordar aspectos específicos del lenguaje, sino otros aspectos asociados de naturaleza cognitiva más general. En conclusión, es indispensable un conocimiento profundo del lenguaje por parte del especialista del lenguaje, ya sea que necesite conceptualizarlo como objeto mental que necesita ser adquirido; como hecho social, por su carácter de herramienta cultural; y como conducta, ya que necesita conocer su estructura íntima y forma de interactuar con otros modos de comportamiento. Como plantean McAllister y Miller (2013) a través de una analogía, así como el mecánico de autos necesita conocer a fondo las diferentes partes del motor, el fonoaudiólogo debe conocer los diferentes componentes del lenguaje y su funcionamiento para poder entender a cabalidad que ocurre en el lenguaje patológico. Sin desmedro de lo anterior, el estudio del lenguaje nunca debe ser hecho como fenómeno 125
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