Hacer de la lectura una experiencia: reflexiones sobre mediación y formación de lectores

38 acciones han sido especialmente visibles desde inicios de este siglo, y se han manifestado de muy diversas mane- ras: creación de nuevas políticas de fomento del libro y la lectura, multiplicación de programas bibliotecarios y de iniciativas de animación a la lectura, surgimiento de nuevos agentes profesionales (los «mediadores de lectu- ra») ligados a estas iniciativas, creación de seminarios y otros espacios de formación para esos nuevos mediado- res, publicación de textos sobre el fomento lector, etc. En suma, fomento y promoción son conceptos que ex- plican, a nivel macro, todo un campo de actuación a favor de la extensión de la práctica lectora en nuestras sociedades. El concepto de animación , en cambio, se sitúa en un nivel más micro, pues refiere a prácticas concretas para favorecer el acercamiento de la población al libro y la lectura. En efecto, podría decirse que la animación lectora fue el primer concepto que se utilizó para re- ferirse concretamente al conjunto de estrategias y de actividades desarrolladas para promover el acercamien- to de otros (especialmente, aunque no solo, de niños y jóvenes) al libro. Además, cabría señalar que la idea de animación surgió de la mano con los llamados a «des- escolarizar» la lectura, y, desde siempre, ha estado vin- culada a un tipo de acercamiento muy lúdico y libre a los textos. Hablamos, aquí, de una perspectiva que tuvo

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx