Hacer de la lectura una experiencia: reflexiones sobre mediación y formación de lectores

33 ya para repetir los mismos y desgastados mecanismos del pasado (como el foco exclusivo en los contenidos, o los exámenes sobre obras prescritas sin ningún tipo de acompañamiento de lectura), sino para pensar en aquellos dispositivos didácticos, modalidades de lectura y corpus literarios que, como en la secuencia de trabajo de nuestro docente sobre el álbum de Browne, ayuden a nuestros alumnos a formarse como lectores. Desde una perspectiva de mediación esta ayuda supone, en primer lugar, permitirles superar ciertas dificultades y conflictos asociados a una práctica cultural que, como la lectura, no siempre forma parte de su mundo personal, familiar y social. Y, segundo, supone contribuir en su progreso como lectores, de tal modo de descubrirles textos que sin nuestra ayuda difícilmente hubiesen leído, y reve- larles nuevas formas de aproximación a esas obras, am- pliando así sus posibilidades de fruición y goce lector. Así tal vez ayudaremos a niños y niñas como Catali- na para que, cuando entren en la biblioteca de su escue- la, puedan decidir con conocimiento de causa qué libros vale la pena leer y cuáles no. Del mismo modo que, hace siglos, hicieron un cura y un barbero en otra biblioteca, la de un ingenioso hidalgo que llevó hasta el extremo su incontenible placer por la lectura.

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