Hacer de la lectura una experiencia: reflexiones sobre mediación y formación de lectores
27 lector unos niños que por diversas razones (biográficas, económicas, socioculturales) no han tenido la posibili- dad de construir los esquemas de comprensión e inter- pretación que están en la base de los procesos de apro- piación y disfrute de la cultura escrita? Estas preguntas nos permiten abordar dos aspectos centrales en la discu- sión sobre la formación de lectores. Primero: no basta con el mero acceso al libro para lograr el esquivo objetivo social de construir hábitos lec- tores por placer y para todos. El rechazo inicial de Cata- lina hacia Voces en el parque es un buen ejemplo de ello: si bien la niña tuvo acceso previo al álbum (gracias a la excelente biblioteca de su escuela), aquel contacto direc- to con el libro no aseguró una experiencia de lectura go- zosa y gratificante para ella 6 . Esto no hace sino desnudar la paradoja que suele acompañar los discursos sobre la promoción de la lectura: se habla de garantizar el acceso de toda la población al libro como un gesto de demo- cratización de una práctica cultural dada como accesible a todos, pero se olvida que la apropiación de la cultura 6 Con esto no queremos decir que estamos obligados a tener esa experiencia gozosa con cada libro que llega a nuestras manos. Únicamente subrayamos el hecho de que, en muchas ocasio- nes, el rechazo hacia un determinado libro radica, más que en la obra en sí, en la ausencia de unas condiciones adecuadas de lectura.
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